Cuando apareció en escena All Ill todo el mundo quedó impresionado con lo brutal de su sonido. Amantes del del hardcore extremo, el crust y el grind (entre sus influencias: Spazz, Ripcord, Citizens arrest, etc), los 20 temas que llenaban los escasos minutos del disco, grabados por Xavi Navarro, fueron la descarga más salvaje que se había oído hasta el momento.
El cambio de batería respecto a su primer trabajo, «Mind Power», representó un giro estilístico de tipo técnico; si en ese disco la violencia sonora tenía un punto de caos asfixiante al estilo de las bandas de crust, ahora la maquinaria ganaba en precisión para hacer de este disco seguramente el mejor álbum de grindcore, técnico y extremo, de nuestra historia. Última referencia de la banda, Marc y Miquel continuarían juntos años después en los metálicos Cube.
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